Publicado en Clarín.
Lo firmaron ayer. Lleva el valor del gas que compra Argentina a US$ 5 la unidad de medida hasta fin de año. Aunque el convenio es a 20 años, ahora se deberá definir cómo ajustar los valores para 2007.
Un aumento superior al 50% en el precio de compra, una financiación local no inferior a los US$ 50 millones para una planta separadora de gases y una cláusula que impide el desvío del combustible a otros países constituyen los puntos salientes del nuevo acuerdo de suministro de gas que cerraron el presidente Néstor Kirchner y su par de Bolivia, Evo Morales.
Tras casi cuatro meses de negociaciones en Buenos Aires y La Paz, los dos mandatarios rubricaron ayer las nuevas reglas de juego para la importación de gas en un estadio polideportivo de Hurlingham, donde compartieron un acto político con la comunidad boliviana del Gran Buenos Aires.
El acuerdo firmado tiene una vigencia de 20 años. Pero en lo que hace a los precios, posee un alcance limitado, ya que los valores deberán ser ajustados.
Tal como había anticipado Clarín, el valor del gas que importa Argentina pasará del promedio de los últimos meses de US$ 3,20 el millón de BTU a US$ 5 a partir del 15 de julio. Según el Gobierno, desde junio ya se venía pagando casi US$ 4 por la actualización automática que tenía el convenio anterior.
El nuevo valor de US$ 5 se mantendría hasta fin de año y partir de enero de 2007 habrá un nuevo ajustepor una fórmula que seguirá los precios internacionales del gas y los subproductos.
El incremento acordado con Bolivia no impactará sobre los usuarios porque la diferencia se trasladará a las exportaciones que tienen las petroleras locales con los países vecinos.
Desde el Ministerio de Planificación que conduce Julio De Vido confirmaron ayer que la suba en el gas importado se va a compensar con una "retención adicional" que se aplicará en forma proporcional a las exportaciones que van a parar mayoritariamente a Chile y en menor medida a Brasil y Uruguay.
Actualmente, Argentina puede importar de Bolivia hasta un máximo de 7,7 millones de metros cúbicos diarios que representa casi el 4% del consumo total del país. Por el lado de las exportaciones, las envíos promedian los 15 millones de metros cúbicos diarios. De ese total, el 95% se destina al mercado trasandino a un precio promedio de US$ 2 el millón de BTU que se había fijado a fines de los 90. Con el nuevo "recargo" que fijará el Gobierno, los importadores chilenos pasarían a pagar entre US$ 2,70 y 3 el millón de BTU.
El acuerdo Kirchner-Morales establece que el Gobierno argentino financiará la construcción de una planta separadora de gases en territorio boliviano. Será operada por YPF de Bolivia, costará no menos de US$ 50 millones y se utilizará para separar el "gas seco" que se envía a la Argentina y los subproductos licuables para el mercado interno boliviano. Según el ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, "Bolivia aceptó bajar de 5,50 a 5 dólares el precio del gas con la condición de que Argentina afronte la inversión de la planta".
El convenio también contempla que el actual volumen de importación máxima de 7,7 millones de metros cúbicos diarios se ampliará en 20 millones de metros cúbicos una vez que se construya el gasoducto del NEA.
Además, el gobierno boliviano se aseguró que el gas que despacha a la Argentina no podrá se utilizado para incrementar las exportaciones locales a Chile, país con el cual Morales quiere negociar la provisión de combustible a cambio de la recuperación de la salida al océano que tuvo Bolivia hasta fines del siglo XIX.
Al igual que las reglas de juego que rigen entre Argentina y Chile, Bolivia dejó la puerta abierta para restringir las exportaciones de gas. El convenio determina que "el mercado interno boliviano tendrá prioridad en todos los casos" y ante cualquier eventualidad se podrán reducir las entregas al exterior más allá de los acuerdos vigentes.
Lo firmaron ayer. Lleva el valor del gas que compra Argentina a US$ 5 la unidad de medida hasta fin de año. Aunque el convenio es a 20 años, ahora se deberá definir cómo ajustar los valores para 2007.
Un aumento superior al 50% en el precio de compra, una financiación local no inferior a los US$ 50 millones para una planta separadora de gases y una cláusula que impide el desvío del combustible a otros países constituyen los puntos salientes del nuevo acuerdo de suministro de gas que cerraron el presidente Néstor Kirchner y su par de Bolivia, Evo Morales.
Tras casi cuatro meses de negociaciones en Buenos Aires y La Paz, los dos mandatarios rubricaron ayer las nuevas reglas de juego para la importación de gas en un estadio polideportivo de Hurlingham, donde compartieron un acto político con la comunidad boliviana del Gran Buenos Aires.
El acuerdo firmado tiene una vigencia de 20 años. Pero en lo que hace a los precios, posee un alcance limitado, ya que los valores deberán ser ajustados.
Tal como había anticipado Clarín, el valor del gas que importa Argentina pasará del promedio de los últimos meses de US$ 3,20 el millón de BTU a US$ 5 a partir del 15 de julio. Según el Gobierno, desde junio ya se venía pagando casi US$ 4 por la actualización automática que tenía el convenio anterior.
El nuevo valor de US$ 5 se mantendría hasta fin de año y partir de enero de 2007 habrá un nuevo ajustepor una fórmula que seguirá los precios internacionales del gas y los subproductos.
El incremento acordado con Bolivia no impactará sobre los usuarios porque la diferencia se trasladará a las exportaciones que tienen las petroleras locales con los países vecinos.
Desde el Ministerio de Planificación que conduce Julio De Vido confirmaron ayer que la suba en el gas importado se va a compensar con una "retención adicional" que se aplicará en forma proporcional a las exportaciones que van a parar mayoritariamente a Chile y en menor medida a Brasil y Uruguay.
Actualmente, Argentina puede importar de Bolivia hasta un máximo de 7,7 millones de metros cúbicos diarios que representa casi el 4% del consumo total del país. Por el lado de las exportaciones, las envíos promedian los 15 millones de metros cúbicos diarios. De ese total, el 95% se destina al mercado trasandino a un precio promedio de US$ 2 el millón de BTU que se había fijado a fines de los 90. Con el nuevo "recargo" que fijará el Gobierno, los importadores chilenos pasarían a pagar entre US$ 2,70 y 3 el millón de BTU.
El acuerdo Kirchner-Morales establece que el Gobierno argentino financiará la construcción de una planta separadora de gases en territorio boliviano. Será operada por YPF de Bolivia, costará no menos de US$ 50 millones y se utilizará para separar el "gas seco" que se envía a la Argentina y los subproductos licuables para el mercado interno boliviano. Según el ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, "Bolivia aceptó bajar de 5,50 a 5 dólares el precio del gas con la condición de que Argentina afronte la inversión de la planta".
El convenio también contempla que el actual volumen de importación máxima de 7,7 millones de metros cúbicos diarios se ampliará en 20 millones de metros cúbicos una vez que se construya el gasoducto del NEA.
Además, el gobierno boliviano se aseguró que el gas que despacha a la Argentina no podrá se utilizado para incrementar las exportaciones locales a Chile, país con el cual Morales quiere negociar la provisión de combustible a cambio de la recuperación de la salida al océano que tuvo Bolivia hasta fines del siglo XIX.
Al igual que las reglas de juego que rigen entre Argentina y Chile, Bolivia dejó la puerta abierta para restringir las exportaciones de gas. El convenio determina que "el mercado interno boliviano tendrá prioridad en todos los casos" y ante cualquier eventualidad se podrán reducir las entregas al exterior más allá de los acuerdos vigentes.