setiembre 09, 2006

Nacionalización con pies de barro

Publicado en Los Tiempos.

Por:WINSTON ESTREMADOIRO

La clave de tanto desatino es que el padrino Chávez se ha aprovechado de un ingenuo ahijado boliviano, para torpedear su sector de hidrocarburos y ocupar el vacío resultante. Es un salvador de la patria que pronto hasta tropas militares nos mandará

Cuidado con los ídolos de pies de barro, advierte el precepto bíblico, porque carecen de base sólida y se caen con un aguacero. El gobierno de Evo Morales propulsó su ascensión y asienta su actual popularidad sobre dos: la postura contra la corrupción y nacionalizar los hidrocarburos.

Ha quedado claro que la primera es falsa deidad. Diputados que venden visas a chinos fantasmas y la alharaca de suspender a uno por abuso de influencia en provecho propio (no del partido), desnuda que el gobierno actual, como muchos anteriores, husmeó la marmaja que da la coyuntura del abuso del poder político. Lo prueba la arremetida contra el SNC, nido de ratas que costó varios años institucionalizar nombrando su director con un concurso de méritos. Hoy su cambio de nombre revuelve aromas de podredumbre que revelan la misma chola ratera de antes del Ing. Bakovic, pero con otra pollera.

Lo ratifica la infección que expusiera la Superintendencia de Hidrocarburos en YPFB, un puchichiinfecto que Evo Morales y sus capos intentaron tapujar cual si fuera un simple espinillo de adolescente. El gobierno mostró la hilacha de que YPFB será otra vez vaca lechera del abusivo de turno, cortando la cabeza de los que sajaron la pústula y apretaron para que salga el pus. Encima, degradan la entidad que supervisa el correcto funcionamiento del sector para que sea un saludo a la bandera.

Semejante conducta chueca permite apuntar al segundo ídolo de pies de barro del gobierno: la nacionalización de hidrocarburos. Dan náuseas tanto culipandear con la farsa de nacionalizar. Hasta algunos privatizadores de ayer la ensalzan, incapaces que son de justificar posturas que en el pasado sostuvieron con ahínco. Yo no me corro, pero quizá lo haga el ministro de defensa que otrora la ensalzara, de que ayer me sedujo la astucia del gringo presidente al capitalizar las ineficientes empresas estatales, hasta que el tufillo de corrupción de la letra fina del proceso se hizo insoportable.

Pero tampoco se justifica ir de una capitalización hedionda a una nacionalización trucha -y quizá podrida también. Tan cacareada movida no existe, salvo para hacer escarnio del ordenamiento legal de la nación, que es vector de la enfermedad que tiene al país en virtual cuarentena: la inseguridad jurídica. El Tribunal Constitucional, máxima instancia de apelación hasta que una Constituyente sin el freno de dos tercios de voto invente el Consejo de Amautas, ratifica algo incontestable: que un país se sostiene en una armazón jurídica. A tal respecto se tiene la Ley 3058 de Hidrocarburos y el politiquero decreto "nacionalizador". Es dúo incongruente, aún anotando que los contratos de capitalización no fueron refrendados por el Congreso.

Más aún, Bolivia no es excepción en un mundo ordenado por acuerdos y contratos bilaterales y multilaterales que tienen fuerza de ley. El "decreto de nacionalización" puede haber redituado al presidente un show politiquero de toma militar de predios petroleros, a expensas de resentir a países amigos. Su vigencia dependerá de los convenios bilaterales y multilaterales con Brasil, España, Francia y Estados Unidos, cuyas empresas petroleras están amparadas por tales acuerdos.

Ya no son tiempos de enviar cañoneras a sitiar puertos para forzar cumplimientos, aparte de que Bolivia es mediterránea. Ni un arbitraje internacional logrará lo que pudo obtenerse de buenas maneras: mejorar los términos de contratos con las petroleras, y dar impulso a sus inversiones en toda la cadena productiva, asociados con YPFB. En claro queda que los logros politiqueros de la nacionalización son poca cosa, comparados con que en los pleitos se perderá dinero, porque los litigios no son gratuitos; tiempo, porque son procesos largos que postergarán el desarrollo del sector; y motivación, porque se rifó la imagen de seguridad jurídica que incentiva las inversiones extranjeras: tecnología y capital que Bolivia necesita. Se han paralizado las inversiones en el sector y son más de 30 las empresas energéticas que han cesado operaciones en el país. ¿Qué disfraz se pondrá el país si el arbitraje determina que pague las inversiones realizadas, más daños y perjuicios?

¿Será que los que hoy gobiernan son tan levudos como para no percibir estas repercusiones? No señor. El meollo de la nacionalización es poner en bandeja las reservas de gas y petróleo boliviano al padrino venezolano. Hugo Chávez fue el padrino benevolente que regaló millones de libre disponibilidad, para que el ahijado boliviano fuera elegido y jugara al austero que recorta sueldos para construir escuelas, que trae médicos y alfabetizadores cubanos para curar ojos y enseñar el abecé en rimas castristas. Sin embargo, Hugo Chávez será duro patrón de una Bolivia cuyo presidente Morales imita el libreto chavista para perpetuarse en el poder, pero que dependerá de los millones del petróleo venezolano para darse aires y subsistir. Porque de mejorar la economía del país, hasta ahora nada.

Las reservas bolivianas de gas son la garantía de pago. Permiten al dictador venezolano jugar a la geopolítica mundial con su petróleo, y con nuestro gas también. ¿No fue estúpido adherirnos al gasoducto que llevará gas venezolano a los mercados naturales de Bolivia? Es doblemente majadero alienar con hostigamientos a la brasileña Petrobrás y a la española Repsol, mientras Venezuela abre los brazos a sus inversiones que están migrando a ese país. ¿No es triple zoncera que el desarrollo de las reservas energéticas bolivianas se vuelva el vagón de cola de una ineficiente PDVSA?

La clave de tanto desatino es que el padrino Chávez se ha aprovechado de un ingenuo ahijado boliviano, para torpedear su sector de hidrocarburos y ocupar el vacío resultante. Es un salvador de la patria que pronto hasta tropas militares nos mandará.

La nacionalización tropieza en su principal actor, YPFB

Publicado en La Razón.

El Ejecutivo prepara un proyecto de ley para reorganizar a la estatal. Dice que este proceso queda suspendido temporalmente. Se gestionan 180 millones de dólares ante el Banco Central de Bolivia.

El Gobierno reconoció ayer que desde el 1 de mayo se avanzó poco en la ejecución del decreto de nacionalización, por lo que ahora, tres meses después, elabora un plan para salvar ese proceso.

Según un comunicado enviado ayer por el Ministerio de Hidrocarburos, este plan consiste en la elaboración de un proyecto de ley —que es trabajado de manera conjunta entre esa cartera de Estado y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB)— para reorganizar a la estatal.

El decreto de nacionalización 27801, aprobada el 1 de mayo pasado, establecía que, en 60 días, se procedería a la reestructuración integral de Yacimientos, “convirtiéndola en una empresa corporativa, transparente, eficiente y con control social”.

Desde todas las atribuciones que le otorga el decreto supremo, Yacimientos sólo asumió el control del mercado mayorista de carburantes —aunque aún no tiene la capacidad operativa— y designó a sus directores en cinco compañías nacionalizadas. También negoció el incremento en el precio del gas que el país vende a Argentina y aumentó la participación para el Estado en hasta 82 por ciento en los campos San Antonio y San Alberto, con lo que generará hasta fin de año alrededor de $us 270 millones.

En cuanto a las otras tareas, como el control de las refinerías, la negociación de los nuevos contratos con las empresas petroleras, la fijación de un nuevo precio para el gas que importa Brasil y la importación y exportación de petróleo, los avances son escasos.

Precisamente, el comunicado del Ministerio de Hidrocarburos señala que, por ahora, la participación de YPFB en toda la cadena productiva del sector “está temporalmente suspendida, debido a la falta de recursos económicos”. Señala que este paso se dará cuando se desembolsen $us 180 millones gestionados ante el Banco Central de Bolivia para que la estatal pueda ejercer las tareas que la nacionalización le otorgó.

Mientras tanto, añade el comunicado, las negociaciones para que las empresas petroleras que operan en el país cambien sus contratos continuarán en el marco de la nacionalización.

Sin embargo, para el cambio de contratos, se requiere previamente las auditorías a los campos petroleros, “con cuyos resultados se podrá establecer la participación definitiva de las empresas en esos contratos”.

En los más de 90 días, después de la nacionalización, el Gobierno tampoco pudo conseguir el 51 por ciento de las acciones de las capitalizadas petroleras: Chaco, Andina y Transredes, para así controlarlas. Sólo logró transferir las acciones de los bolivianos en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) a la petrolera estatal y nombró sus directores y síndicos en esas empresas.

Además, Yacimientos tampoco logró tomar el control de las refinerías de propiedad de Petrobras y de la Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia (CLHB), porque las negociaciones para comprar el 51 por ciento de acciones aún no prosperan.

En medio de todo este proceso, surgió un conflicto entre Yacimientos y la Superintendencia de Hidrocarburos por un contrato que la estatal suscribió con una intermediaria y que el organismo regulador observó. El comunicado del Ministerio de Hidrocarburos dice que la próxima semana se entregará el informe de auditoría interna y que éste será remitido a la Contraloría.

El precio del gas, en veremos

Petrobras y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) resolvieron ayer extender el plazo inicial de negociaciones sobre el pedido de revisión de precios del contrato de compra-venta de gas (GSA) por 60 días más.
La decisión fue adoptada ayer tras la reunión sostenida entre los ejecutivos de YPFB y Petrobras en el marco del cronograma de encuentros para fijar el nuevo precio del gas boliviano.

Según un comunicado entregado por Petrobras a los medios de comunicación, “el nuevo plazo permitirá a Petrobras y YPFB profundizar, en forma conjunta, los esfuerzos en busca de soluciones mutuamente aceptables para el tema en discusión”.

La próxima reunión entre los representantes de ambas empresas está marcada para el 14 de septiembre, en Bolivia.
El jueves, el presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli, admitió que las negociaciones con YPFB iban a tomar más tiempo de lo proyectado inicialmente.

Dimite superintendente desautorizado por el presidente Morales.

Publicado en Terra.es

El superintendente de Hidrocarburos de Bolivia, Santiago Berríos, informó hoy de que ha dimitido de su cargo porque el presidente, Evo Morales, desaprobó su decisión de relevar a una de las altas funcionarias de esa institución.

Berríos, quien asumió el cargo el 28 de agosto pasado, dijo en una rueda de prensa que intentó formar un equipo de su confianza en la Superintendencia, pero la directora de Administración, Inés Avalos, no quiso renunciar y se amparó en el presidente.

Señaló que Morales 'le dio su absoluto apoyo a esta funcionaria y eso determinó' que presentara la dimisión al mandatario el jueves pasado, dijo Berríos.

Berríos dijo que desde este jueves está a la espera de una respuesta del mandatario a su carta de renuncia y que su posible continuidad en el cargo depende del respeto a su decisión de relevar a esa funcionaria.

Avalos ejerció el cargo de Superintendente interina antes del ingreso de Berríos, durante un viaje al exterior del ex titular del puesto Víctor Hugo Sainz, que fue quien denunció un caso de presunta corrupción en la estatal petrolera YPFB relativo a un contrato para vender crudo a Brasil.

Avalos firmó un comunicado que contradecía la denuncia realizada por Sainz y fue criticada por los otros funcionarios de la entidad porque su posición no tenía un aval técnico y jurídico.

El caso fue resuelto por Morales con el relevo del presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Jorge Alvarado, pero también de sus acusadores, Sainz, un viceministro del sector y dos funcionarios técnicos de la entidad reguladora a los que Berrios luego ratificó en sus cargos.

Berrios señaló que la dimisión de Avalos fue una de las cuatro renuncias que pidió en la Superintendencia con el propósito de contratar a profesionales de su confianza que son miembros de la Alianza Patriótica de Abogados (APA) que él preside.

Esa organización fue la primera que denunció, en el 2004, la presunta situación irregular de los contratos firmados por las multinacionales petroleras en Bolivia por no haber sido aprobados por el Congreso nacional.

En la carta enviada al presidente Morales, Berríos calificó la desaprobación del cambio de Avalos como 'un actitud de presión' de parte del Gobierno.

En la rueda de prensa, señaló además que la funcionaria no tiene 'una formación completa' y no ha demostrado un trabajo eficiente.

Agregó que la entidad reguladora también enfrenta dificultades porque los reglamentos con los que funciona son parte de la antigua ley de Hidrocarburos que fue derogada en mayo del año pasado.

'Le he dicho al presidente de la República, con toda sinceridad y honestidad, que en ninguna parte del mundo, he visto que se trabaje con normas secundarias' que tienen que ver con una ley inexistente, apuntó el abogado.