mayo 05, 2006

Los cuatro presidentes que eligieron estar tres horas a solas y sin testigos.

Publicado en Clarín.

Los mandatarios aceptaron el ingreso de sus respectivos cancilleres recién sobre el final de la reunión. Néstor Kirchner fue el primero en llegar. El venezolano Hugo Chávez, el último en retirarse.

PUERTO IGUAZU. ENVIADOS ESPECIALES


Néstor Kirchner habitualmente es el último en llegar a las cumbres presidenciales. Pero ayer fue el primero en aterrizar en Puerto Iguazú. A las 10, el Tango 01 llegaba al aeropuerto local. Una hora después, arribó Lula. Y quince minutos más tarde, Evo Morales y Chávez.

La cumbre se hizo en el Iguazú Grand Hotel. Es un edificio bajo, de ladrillos a la vista, rodeado de un jardín tropical, con piletas de un azul espléndido. Para entrar al hotel, los presidentes debieron sortear una hilera de autos brasileños que hora tras hora hacen cola frente a una Repsol-YPF donde compran nafta más barata que en su país, síntoma claro de otra de las asimetrías de la región.

Los presidentes estuvieron algo más de tres horas a solas. Y sólo aceptaron el ingreso de los cancilleres 15 minutos antes de terminar el encuentro. Ya habían pasado las 3 de la tarde cuando salieron del coqueto salón Los Lirios, de un rojo subido, donde se armó la mesa cuadrada del diálogo. Se pararon al aire libre para las fotos de rigor, y luego atacaron el almuerzo, en un comedor de colores pastel en el que casi ninguna copa lucía con vino: había mucha agua y gaseosas.

Los cuatro presidentes, más el gobernador local, Carlos Rovira, el jefe de Gabinete, Alberto Fernádez, el asesor presidencial brasileño Marco Aurelio García y dos traductores (uno brasileño, otro argentino) ocupaban la mesa principal. Allí, Evo Morales fue el que se mostró más entusiasmado en la comida, mientras el resto prefirió la charla. En otras dos mesas se repartieron ministros y secretarios.

Decenas de policías rodeaban el hotel de la cumbre, pero adentro las medidas de seguridad eran laxas, demostrando la urgencia con que se armó la reunión. Esa misma urgencia que permitió al PJ local llegar a colgar sólo dos carteles entre el aeropuerto y la sede del encuentro. En uno decía "Bienvenido Sr. Presidente", así en singular. En el otro, "Coraje, Kirchner".

Tras el almuerzo, los cuatro presidentes pasaron a un salón donde se había montado una curiosa conferencia de prensa: las primeras 10 filas de asientos estaban ocupadas por funcionarios de las delegaciones. Atrás, un pequeño vallado, y más atrás los periodistas. Sólo se permitió una pregunta por país, y sólo debía estar destinada a un presidente. Las respuestas de Lula y Chávez fueron aplaudidas por sus respectivos funcionarios. Al terminar ese período, casi posando para las fotos, Kichner, Lula, Chávez y Morales se quedaron conversando sobre el estrado, prodigándose sonrisas, abrazos y gestos de cordialidad. El mensaje de que el encuentro había sido "el mejor de los que hemos tenido", como destacaron cada uno de los presidentes, tenía que tener su correlato de imágenes.

Minutos después, los presidentes bajaban a sus habitaciones y con una velocidad que sorprendió se subieron a los Mercedes Benz que esperaban en la puerta y salieron hacia el aeropuerto. Como otras veces, Chávez fue el último, el que se permitió dar un par de pequeñas conferencias de prensa adicionales y el que se sacó fotos con cada uno que se lo solicitó. Cuestiones de estilo.

Bolivia acordó que no faltará gas, pero habrá disputa por el precio.

Publicado en Clarín.

Kirchner, Lula, Chávez y Evo Morales se reunieron a solas en Puerto Iguazú. Se bajó la tensión y se garantiza el abastecimiento para Argentina y Brasil. Pero discutirán el precio a cambio de inversiones.

Marcelo Canton PUERTO IGUAZU. ENVIADO ESPECIAL
mcanton@clarin.com

Argentina y Brasil obtuvieron ayer garantías respecto a que no les faltará el gas boliviano. Los precios no fueron definidos, pero acordaron que serán "racionales y equitativos". Bolivia, a cambio, se llevó la promesa de inversiones.

La fuerte tensión entre Brasil y Bolivia luego de que Evo Morales nacionalizara esta semana los campos petroleros, fue lo que convocó ayer, aquí, a los presidentes Néstor Kirchner, Lula, Evo Morales y al venezolano Hugo Chávez. Hubo un encuentro de más de tres horas, donde se habló con "franqueza", según dijeron los presidentes, utilizando la palabra que en círculos diplomáticos se usa para expresar "dureza".

El gas fue el eje central de la reunión. Tanto que el documento que se leyó al final señala que los presidentes "destacaron que la integración energética es un elemento esencial de la integración regional en beneficio del pueblo". Dos semanas atrás, el presidente de Bolivia y el ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, ya habían acordado una garantía boliviana de que se cumplirían los convenios que autorizan exportaciones por hasta 7 millones de metros cúbicos diarios de gas a la Argentina.

Pero quedaron en definir en una comisión, que tendría plazo hasta el 15 de este mes, el precio de compra. La nacionalización de las reservas decretada por Morales puso una impasse a esa discusión. Ayer, se le dio un marco.

"Los presidentes coincidieron en la necesidad de preservar y garantizar el abastecimiento de gas favoreciendo un desarrollo equilibrado en los países productores y consumidores", señala el documento de Puerto Iguazú. Asimismo destacaron que la discusión sobre los precios del gas debe darse en un "marco racional y equitativo que viabilice los emprendimientos".

"La preservación y garantía del volumen del gas que necesiten los países que compren a Venezuela o Bolivia, está absolutamente garantizado", dijo Kirchner tras el encuentro. Y fue más allá: "Respecto al precio, el documento es absolutamente claro, dice racionalidad, criterio, ayudar al crecimiento, al consumo y una situación bilateral que se irá resolviendo entre los países que tengan que discutir el precio".

—¿Cuál será el precio del gas boliviano para la Argentina?, preguntó Clarín al ministro De Vido, luego de la reunión.

—Aquí no se discutieron valores concretos, pero serán valores justos y razonables.

—¿Cuál es el que aspira?

—Nosotros con los precios actuales estamos bien, ellos son los que piden el cambio.

—¿Hay un techo?

—Para mí, el techo es 1,40 dólares por millón de BTU (la forma en que se paga) que abona la indus tria en la Argentina.

El precio en el mercado interno argentino es muy inferior a los valores a que se importa gas de Bolivia, que promedia los US$ 3 por millón de BTU. Fuentes bolivianas mencionan US$ 5 como el precio que pretenderían en el futuro. En la ecuación energética argentina, el cambio no es de gran peso: el gas boliviano es un 4 a 5% del total del consumo.

Pero la definición es clave para la segunda etapa de la discusión, cuando se negocie el contrato por otros 20 millones de metros cúbicos diarios para construir el nuevo gasoducto entre Bolivia y la Argentina.

La garantía de abastecimiento de gas que ofreció ayer Bolivia a Argentina es, claro, igual para Brasil. A cambio, pidió inversiones que promuevan el desarrollo del país. Ayer se anunció la primera: PDVSA, la petrolera venezolana, confirmó que el 18 de mayo firmará el contrato para construir en Santa Cruz de la Sierra una planta de separación de gases de US$ 40 millones.

"El presidente Evo Morales va a presentar en el futuro próximo una lista de necesidades", dijo ayer Lula ante la prensa.

Hugo Chávez no se quiso quedar callado. Y entregó públicamente una carta a Evo Morales invitándolo a ser parte del Gasoducto del Sur, que cruzará desde Venezuela hasta la Argentina.

"Evo ya nos dijo que sí", aseguró, con el presidente boliviano sonriendo a su lado.

Bolivia seguirá enviando gas, pero no se sabe a qué precio.

Publicado en La Nación.
La cumbre de Iguazú sirvió para descomprimir la tensión por la provisión de gas; el gobierno boliviano pretende un fuerte ajuste en los valores; negociará bilateralmente

PUERTO IGUAZU.– De un modo u otro, la crisis iba a descomprimirse. ¿Cómo? En síntesis, Evo Morales aceptó la invitación de Néstor Kirchner, Luiz Inacio Lula da Silva y Hugo Chávez a formar parte del proyecto del gasoducto, o megagasoducto, que partirá desde Venezuela y surcará las entrañas de la región hasta el sur argentino, y se comprometió a evitar eventuales problemas en el abastecimiento de gas boliviano a Brasil y a la Argentina. También, a negociar los futuros precios “en un marco racional y equitativo”.

No hablaron de montos ni de volúmenes, sino de fijar una base política para evitar nuevos contratiempos y de fomentar “los diálogos bilaterales para resolver las cuestiones pendientes”. De todos modos, fuentes argentinas y bolivianas en La Paz revelaron ayer a LA NACION que Bolivia pretende aplicar un aumento del 64% al gas que le vende a la Argentina (ver en la Pág. 5).

En coincidencia con la reunión del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, con su par norteamericano, George W. Bush, en la Casa Blanca, también “expresaron su voluntad de trabajar para la profundización del Mercosur y la consolidación de la integración sudamericana”.

La cumbre coincidió, a su vez, con la presentación argentina ante la Corte Internacional de La Haya (de lo que se informa por separado). A ello se refirió el canciller Jorge Taiana mientras los presidentes estaban reunidos, aunque Kirchner aclaró que no recibió adhesiones ni reproches de sus colegas porque se trata de “un tema bilateral”.

En la reunión privada entre los cuatro, Lula le planteó a Morales: “Por la compra de gas, Brasil le paga 1000 millones de dólares por año a Bolivia”. En ese momento, sentados frente a mesas rectangulares que formaban un cuadrado, de modo que se vieran las caras, y que tenían manteles blancos sobre los cuales sólo había carteles con los nombres de los países, Kirchner y Chávez concluyeron que el presidente brasileño estaba advirtiéndole a su par boliviano que podía buscar nuevos mercados.

En defensa del decreto de nacionalización de los hidrocarburos, motivo de la preocupación de Lula, del respaldo de Kirchner y de la presencia de Chávez, Morales exclamó: "Ni Pinochet privatizó el cobre chileno". Hablaba, según relató después el presidente venezolano a algunos periodistas, de la necesidad de devolver al Estado el papel que perdió durante la era de las privatizaciones. No se privó entonces de despotricar contra los Estados Unidos y de prometer que iba a comprar a Bolivia toda su producción de soja, así como parte de sus hojas de coca. Morales, según Lula, presentará a Brasil una "lista de demandas".

En ello convinieron los cuatro, así como en un compromiso de evitar nuevas confrontaciones por falta de coordinación en las medidas internas que puedan perjudicar a alguno de ellos. De la cumbre no participaron ministros ni asistentes, señal de que no querían testigos de una discusión que Kirchner y Chávez calificaron de "una de las mejores" desde que asumieron sus respectivos mandatos.

Como anfitrión y conciliador del aprieto en el que se vio inmerso Lula por los reclamos de Petrobras y por el temor de un virtual desabastecimiento de gas a cinco meses de los comicios en los cuales buscará la reelección, Kirchner leyó una declaración conjunta en la cual "destacaron que la integración energética es un elemento esencial de la integración regional en beneficio de sus pueblos" y "coincidieron en la necesidad de preservar y garantizar el abastecimiento de gas, favoreciendo un desarrollo equilibrado de los países productores y consumidores".

Omisión

A su turno, Morales expresó su agradecimiento a Lula, Kirchner y Chávez por haber brindado su ayuda en las recientes inundaciones en Bolivia y señaló que "con esta reunión se resuelve cualquier susceptibilidad o preocupación de los gobiernos". Omitió de ese modo una respuesta sobre la presunta acusación de "chantaje" que había formulado a Petrobras por su decisión de congelar las inversiones en su país.

La declaración conjunta señala que coincidieron en "preservar y garantizar el abastecimiento de gas, favoreciendo un desarrollo equilibrado de los países productores y consumidores". También pondera, sin dar cifras, que se fijarán precios "equitativos" y que el suministro está garantizado.

Con ello, Lula suspiró, aliviado. Y, como adelantó ayer LA NACION, negó que hubiera una crisis y dijo que se sentía confiado en que iban a resolverse las diferencias. Admitió, sin embargo, que había sido un "error estratégico" que Brasil dependiera de una sola fuente de abastecimiento de gas, con lo cual rubricó en forma implícita la posibilidad de plantearse nuevos horizontes si no obtenía una respuesta favorable de Morales. Se trata de 26 millones de metros cúbicos diarios de gas, algo así como la mitad de su demanda interna.

Después de la cumbre, en ningún momento se mostró preocupado por un virtual desabastecimiento ni por un aumento del precio. "El problema es garantizar el gas brasileño -dijo-. Estoy tranquilo. No va a aumentar el precio. No tengo esa preocupación."

El "sufrido pueblo" boliviano, dijo, tenía derecho de reclamar el control de sus recursos naturales. En la víspera, en Brasilia, Lula había señalado que el derecho de los bolivianos significaba negarles el derecho a los brasileños. El derecho de reclamar seguridad jurídica para las inversiones de Petrobras, del orden de los 1000 millones de dólares en una década.

Morales y Chávez, reunidos desde anteayer, conformaron una suerte de alianza mientras Kirchner y Lula, reunidos una hora antes de la cumbre, procuraron unificar discursos como virtuales perjudicados de LA NACIONalización de los hidrocarburos bolivianos.

Con la consigna de ver el vaso medio lleno, no medio vacío, Chávez destacó que la decisión de Morales, beneficiosa para Petróleos de Venezuela (Pdvsa), cuyos técnicos tienen venia para trabajar en Bolivia, "no va a afectar para nada; al contrario, va a afectar en positivo".

En positivo, justamente, entregó a Morales el documento por el cual Bolivia era formalmente invitado a formar parte del gasoducto continental y reunirse con ellos en agosto, en Caracas, para ultimar los detalles de las primeras perforaciones, a cargo de la compañía venezolana y de Petrobras, la máxima inversora en los hidrocarburos bolivianos e importadora del gas que consume Brasil.

Sobre Petrobras, cuyos contratos con Bolivia indican que cualquier pleito debe ser dirimido en un tribunal de Nueva York, Lula no habló. Dijo que "es una empresa independiente" y que "invertirá donde tenga posibilidades y donde le convenga".

Desde España, vinculada con los intereses de Repsol YPF, Kirchner recibió como señal la preocupación del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Con él planea reunirse en el primer semestre de este año y, en principio, debería presentarle una estantería limpia de cuestiones pendientes, sobre todo con las compañías privatizadas en la Argentina. A diferencia de la comprensión expresada por los vecinos de Bolivia, en aquellas latitudes se llegó a hablar de "una decisión unilateral que ha hecho saltar por los aires el orden jurídico internacional".

Por Jorge Elías
Enviado especial

Bolivia acordó que no faltará gas, pero habrá disputa por el precio.

Publicado en Clarín.

 Argentina y Brasil obtuvieron ayer garantías respecto a que no les faltará el gas boliviano. Los precios no fueron definidos, pero acordaron que serán "racionales y equitativos". Bolivia, a cambio, se llevó la promesa de inversiones.

La fuerte tensión entre Brasil y Bolivia luego de que Evo Morales nacionalizara esta semana los campos petroleros, fue lo que convocó ayer, aquí, a los presidentes Néstor Kirchner, Lula, Evo Morales y al venezolano Hugo Chávez. Hubo un encuentro de más de tres horas, donde se habló con "franqueza", según dijeron los presidentes, utilizando la palabra que en círculos diplomáticos se usa para expresar "dureza".

El gas fue el eje central de la reunión. Tanto que el documento que se leyó al final señala que los presidentes "destacaron que la integración energética es un elemento esencial de la integración regional en beneficio del pueblo". Dos semanas atrás, el presidente de Bolivia y el ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, ya habían acordado una garantía boliviana de que se cumplirían los convenios que autorizan exportaciones por hasta 7 millones de metros cúbicos diarios de gas a la Argentina.

Pero quedaron en definir en una comisión, que tendría plazo hasta el 15 de este mes, el precio de compra. La nacionalización de las reservas decretada por Morales puso una impasse a esa discusión. Ayer, se le dio un marco.

"Los presidentes coincidieron en la necesidad de preservar y garantizar el abastecimiento de gas favoreciendo un desarrollo equilibrado en los países productores y consumidores", señala el documento de Puerto Iguazú. Asimismo destacaron que la discusión sobre los precios del gas debe darse en un "marco racional y equitativo que viabilice los emprendimientos".

"La preservación y garantía del volumen del gas que necesiten los países que compren a Venezuela o Bolivia, está absolutamente garantizado", dijo Kirchner tras el encuentro. Y fue más allá: "Respecto al precio, el documento es absolutamente claro, dice racionalidad, criterio, ayudar al crecimiento, al consumo y una situación bilateral que se irá resolviendo entre los países que tengan que discutir el precio".

—¿Cuál será el precio del gas boliviano para la Argentina?, preguntó Clarín al ministro De Vido, luego de la reunión.

—Aquí no se discutieron valores concretos, pero serán valores justos y razonables.

—¿Cuál es el que aspira?

—Nosotros con los precios actuales estamos bien, ellos son los que piden el cambio.

—¿Hay un techo?

—Para mí, el techo es 1,40 dólares por millón de BTU (la forma en que se paga) que abona la indus tria en la Argentina.

El precio en el mercado interno argentino es muy inferior a los valores a que se importa gas de Bolivia, que promedia los US$ 3 por millón de BTU. Fuentes bolivianas mencionan US$ 5 como el precio que pretenderían en el futuro. En la ecuación energética argentina, el cambio no es de gran peso: el gas boliviano es un 4 a 5% del total del consumo.

Pero la definición es clave para la segunda etapa de la discusión, cuando se negocie el contrato por otros 20 millones de metros cúbicos diarios para construir el nuevo gasoducto entre Bolivia y la Argentina.

La garantía de abastecimiento de gas que ofreció ayer Bolivia a Argentina es, claro, igual para Brasil. A cambio, pidió inversiones que promuevan el desarrollo del país. Ayer se anunció la primera: PDVSA, la petrolera venezolana, confirmó que el 18 de mayo firmará el contrato para construir en Santa Cruz de la Sierra una planta de separación de gases de US$ 40 millones.

"El presidente Evo Morales va a presentar en el futuro próximo una lista de necesidades", dijo ayer Lula ante la prensa.

Hugo Chávez no se quiso quedar callado. Y entregó públicamente una carta a Evo Morales invitándolo a ser parte del Gasoducto del Sur, que cruzará desde Venezuela hasta la Argentina.

"Evo ya nos dijo que sí", aseguró, con el presidente boliviano sonriendo a su lado.

Leaders Discuss Bolivian Energy Takeover

Publicado en NYTimes.



By PAULO PRADA and JUAN FORERO
Published: May 5, 2006

PUERTO IGUAZÚ, Argentina, May 4 — There were smiles and bear hugs all around as four South American leaders met here Thursday to defuse a crisis set off by Bolivia's decision this week to nationalize its energy reserves.

But the joviality could not disguise the strains, as the leaders of Bolivia, Venezuela, Brazil and Argentina walked away with little more than an agreement to negotiate the prices of the natural gas that Bolivia will now control, and to keep talking.

"In this meeting, any concerns the presidents may have had have been dispelled," said Bolivia's new president, Evo Morales, whose announcement on Monday has deeply unsettled Brazil and Argentina, which depend on Bolivia's natural gas to fuel their growing economies.

But even as he and the other leaders insisted there was no rift among them, the urgency of the meeting demonstrated the potential for economics to trump ideology, with Brazil and Argentina increasingly worried about where they are going to get their fuel, and at what price.

The crisis has been particularly damaging to Brazil's president, President Luiz Inácio Lula da Silva, who has been harshly criticized at home as having failed to look after his country's interests.

Critics say Mr. da Silva, who is expected to run for re-election this year, has surrendered political space to Venezuela's president, Hugo Chávez, who joined the meeting at this Argentine resort town as Bolivia's most strident backer.

"The Brazilian press has been very critical about Lula the last three days," said Timothy Powers, an expert on Brazil at Oxford University, "that Lula has been playing footsie with Chávez and Evo, and that when it comes to national interests like gas, Lula is very naïve in getting himself into this position. Lula looks weak, like he's a prisoner of events."

As a gesture, President Néstor Kirchner of Argentina, Mr. da Silva and Mr. Chávez invited Bolivia to take part in a proposed but still distant project to build a $20 billion pipeline, to run 5,000 miles from Venezuela to Argentina.

But the pipeline's future is uncertain and the meeting did little to address more immediate concerns: the price of gas in the countries supplied by Bolivia, which holds the largest gas reserves in Latin America, after Venezuela.

The Brazilian energy giant, Petrobras, was already moving to find alternative sources of gas outside Bolivia, and said it was working to develop untapped fields in Brazil, spending $8.8 billion in the next four years to develop gas beds off the southeast coast. But those plans are expected to take years.

"The market is growing fast and we're working to develop as many sources for gas as we can," Ildo Sauer, the company's director for natural gas and energy, said in a telephone interview.

He also said the company would contest efforts by Bolivia to raise the price of the natural gas that Petrobras imports beyond that stipulated by existing contracts. "The present price is fair," he said. "Anything beyond that, we'll challenge through the appropriate arbitration."

Officials from Petrobras said Wednesday that they would immediately suspend investments in Bolivia. The move was not retaliation, the chief executive, José Sergio Gabrielli, told reporters, but rather a logical business decision.

While the crisis has highlighted the mutual dependency of the region's economies, it was not clear that the lesson was yet fully absorbed, particularly in Bolivia, an impoverished, landlocked country whose natural gas reserves were developed by foreign companies in the late 1990's.

Before the summit meeting here, Mr. Morales, quoted by Bolivia's state information agency regarding Petrobras's investment decision, said, "They can blackmail, but it's not possible that they build a great company with our resources and leave our country's economy in bad shape."

At the moment, Venezuela is offering itself as an eager partner to take up some of the slack in Bolivia left by wary investors.

The Venezuelan state oil company, Petróleos de Venezuela, is helping Bolivia's small state-run energy company to begin developing its new role as a clearinghouse for oil and gas, while investing in new facilities.

The first investment, a $40 million plant to process liquid hydrocarbons, will be formalized in La Paz, Bolivia's capital, on May 18, Rafael Ramírez, Venezuela's energy minister, said in an interview after the meeting.

"We are prepared to make the necessary financial and technical agreements to help Bolivia get under way with the new structure of the industry," he said.

Still, Petrobras's tactic dampened the mood the four presidents wanted to establish. Mr. da Silva dismissed this week's energy troubles as growing pains essential to future prosperity. Mr. Chávez painted the Bolivian nationalization as a step that would lead to more energy integration.

Political analysts were unconvinced. "One of the great problems of populist rhetoric is that they tend to make promises they later cannot deliver," said Riordan Roett, a Latin America expert at Johns Hopkins University.

Paulo Prada reported from Puerto Iguazú for this article, and Juan Forero from Santa Cruz, Bolivia.

Lula, Kirchner y Chávez apoyan nacionalización energética de Bolivia.

Publicado en Telesur.

Al cierre de la cumbre cuatrilateral en la localidad Argentina Puerto Iguazu el jueves, el anfitrión Néstor Kirchner expresó su satisfacción ante el encuentro, en el que resaltó la importancia de discutir con sus colegas de Bolivia, Brasil y Venezuela el impacto de la nacionalización de los hidrocarburos bolivianos y se adelantaron proyectos de la integración energética.

El presidente de brasileño Luiz Ignácio Lula Da Silva expresó que su nación respeta el “derecho soberano que tiene Bolivia en sus riquezas minerales”, tras el anuncio del presidente Evo Morales de nacionalizar los recursos minerales de Bolivia.

De acuerdo al reporte de TeleSUR, Lula dijo: “yo como presidente conozco la situación económica de Bolivia, por ello quiero invitar a los presidentes de Venezuela (Hugo Chávez) y Argentina (Néstor Kirchner) a que elaboremos planes para impulsar y fortalecer el desenvolvimiento” del país andino, manifestó el brasileño en rueda de prensa conjunta con sus pares de Venezuela, Argentina y Bolivia.

Lula manifestó que la iniciativa de apoyar al gobierno boliviano “es parte de los procesos de integración del continente suramericano”.

De igual forma, anunció que las negociaciones entre la petrolera española Repsol y los gobiernos de Bolivia y Brasil se mantendrán y sostuvo que “Brasil tiene excelentes relaciones con Argentina y Venezuela, por eso ahora quiere tenerlas también con Bolivia”.

Además, el presidente brasileño señaló que su país tiene como principal objetivo el fortalecimiento del bloque suramericano, unión que sirva para negociar con otros continentes.

Agregó que las relaciones con Bolivia “no se van a ver afectadas por la decisión de Morales con relación a la estatal Petrobras”, a raíz de la nacionalización de los hidrocarburos.

El conflicto con Petrobras será dialogado “de la manera más democrática posible” entre el gobierno de La Paz y los representantes de la petrolera brasileña, dijo Lula.

Su colega venezolano Hugo Chávez defendió la decisión “soberana” de Bolivia en estatizar su industria energética y aseguró que el conflicto no afectará las relaciones de los países suramericanos.

También ratificó la incorporación boliviana al proyecto del gasoducto suramericano de 8.000 Km, impulsado por los gobiernos de Caracas, Buenos Aires y Brasilia.

A su vez, el presidente Chávez anunció que el próximo mes de agosto se realizará un encuentro con sus homólogos de Argentina, Brasil y Bolivia para “relanzar el proyecto del gasoducto del Sur”.

“En agosto debemos reunirnos en Venezuela para relanzar el proyecto”, dijo Chávez tras señalar que esa cumbre saldrá “al frente de quienes están jugando a la división” en América del Sur.

Ante la decisión boliviana de nacionalizar sus riquezas minerales Chávez dijo que Morales no está haciendo otra cosa que cumplir con el mandato del pueblo boliviano, al recordar las condiciones sociales del segundo país más empobrecido del continente.