mayo 06, 2006

Fuertes críticas a Lula en Brasil.

Publicado en La Nación.

SAN PABLO.- "¿Qué querés que haga? ¿Que invada Bolivia y los obligue a que le pongan al gas el precio que yo quiero? Creo que ése no es nuestro método."

Esa frase, dicha a un periodista por el canciller brasileño, Celso Amorim, en tono irritado, fue una buena síntesis de la reacción del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva a las críticas sobre que está siendo demasiado permisivo con Evo Morales.

Ayer, la repercusión en la opinión pública del encuentro de Puerto Iguazú fue devastadora. "Lula se inclina ante Morales", "Reunión mantiene la indefinición sobre el gas", "Morales acusa a Petrobras de chantaje y Lula cede", "Lula no obtiene concesiones y desautoriza a Petrobras", fueron ayer los titulares de los diarios Correio Brazilienze, Folha de S. Paulo, O Globo y O Estado de S. Paulo, respectivamente.

El senador Jefferson Peres, del Partido Demócrata Trabajador, afirmó que la forma en que Lula está manejando la "crisis del gas", como ya se la llama en Brasil, se debe a sus "sueños delirantes de conquistar la hegemonía continental".

Lula, en plena campaña para su reelección en las elecciones de octubre, se despreocupó de los formadores de opinión y se dirigió directamente a los electores: "El gas no va a aumentar, y si aumenta, lo hará para Petrobras, y no para el consumidor".

Flexibilidad

El ministro Amorim, que suele reaccionar con indignación ante las críticas a la política externa del gobierno, dijo que las acusaciones sobre el mal manejo de la crisis con Bolivia "son electoralistas". Apelando al discurso ideológico, Amorim afirmó que "las personas que piden dureza [contra Bolivia] muchas veces fueron muy flexibles y hasta excesivamente flexibles con las demandas de las grandes potencias".

Lula se acerca al fin de su mandato con un balance pobre en la gestión de la política externa. Sus objetivos principales eran obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, y consolidar un papel de liderazgo natural en América del Sur.

El primer objetivo tiene pocas posibilidades de ocurrir en el corto y mediano plazo; el segundo, comenzó a ser corroído por el surgimiento de liderazgos nacionalistas o populistas, alejados del tono pragmático que, más allá de los discursos, Lula le imprimió a su conducción.

Hoy, el venezolano Hugo Chávez, y ahora Evo Morales, no consideran a Lula su "guía", o "hermano mayor", como años atrás. La Argentina de Néstor Kirchner mantiene una afinidad política condicionada a concesiones económicas; Chile sigue su propio camino, y Paraguay y Uruguay se quejan del papel de Brasil en el Mercosur. Otros países, como Colombia y Perú, negocian tratados de libre comercio con los Estados Unidos y dejan a Brasil en segundo plano.

El opositor socialdemócrata Arthur Virgilio fue directo al punto: "El episodio [del gas] muestra la clara pérdida de liderazgo de Brasil. Si el presidente Lula fuera líder, se habría reunido con Evo Morales y resuelto la cuestión".

"El líder del movimiento populista Hugo Chávez debe haber presionado a su «liderado» para que retrocediera", ironizó José Carlos Aleluia, del Partido de Frente Liberal (derecha), sobre el papel supuestamente permisivo de Lula durante la reunión de Puerto Iguazú.

Por Luis Esnal
Corresponsal en Brasil